Espacio para reflexionar

Trastornos del sueño

El sueño no es una situación pasiva en donde nada sucede. Muy por el contrario, es un estado activo en donde suceden complejos procesos fisiológicos, como cambios metabólicos, hormonales, cardíacos, de temperatura, etc. Todos ellos necesarios para lograr un equilibrio psicofísico adecuado para el correcto funcionamiento diario.

Durante el sueño tiene lugar un complejo proceso de reorganización y restauración celular, importantes para la adquisición y el aprendizaje de nuevas tareas. Interviene en el control del sueño dos procesos: el ritmo circadiano y un proceso que relaciona la profundidad del sueño con la duración del tiempo de estar despiertos.

El sueño normal se dividen en etapas: el sueño no-REM, que se subdivide en 3 fases (fase 1, fase2 y fase 3-4) que abarca entre el 75% y 80% del total del sueño; y el sueño REM (movimiento rápido de los ojos) que abarca el restante 20-25 % del sueño.

La fase 1 es la fase de transición entre estar despierto y el sueño, disminuye el poder de reaccionar ante estímulos externos. En la fase 3-4, los estímulos deben ser muy intensos para producir el despertar. El sueño REM se caracteriza por movimientos oculares rápidos, por aumento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la frecuencia respiratoria y una parálisis muscular generalizada que serviría de protección para no actuar los sueños.

Las fases 1, 2, 3-4 y REM se repiten aproximadamente cada 90 minutos y constituyen un ciclo de sueño, y se repiten 4 ó 5 veces durante la noche.

Es importante destacar que el sueño tiene variaciones según la edad, la genética, la cultura, el ambiente. Se desconoce la cantidad de horas necesarias para dormir, tomando en cuenta los límites entre 5 y 10, un promedio de 7-8 horas suele ser lo habitual. Debido a que las necesidades de sueño son individuales, un análisis del estado de vigilia nos indicarán si esas horas fueron suficientes.

Cuando se “duerme poco, se duerme mal o se duerme mucho”, siendo el funcionamiento en el ámbito escolar o laboral ineficiente, debemos de confirmar la presencia de trastornos del sueño.

Según la Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño, estos trastornos del sueño pueden ser primarios ej: insomnio, apnea del sueño, insomnio psicofisiológico, sensación de sueño inadecuado, inadecuada higiene del sueño, cambio del huso horario por viaje transmeridiano, calambres, etc. O bien pueden ser secundarios a una enfermedad médica y psiquiátrica, ej: asma, dolor crónico, trastornos de ansiedad, depresión, etc.

Algunas preguntas que hay que hacer para evaluar la existencia de dificultades asociadas con el dormir:
1.- ¿Usted tiene dificultad para permanecer despierto?
2.- ¿”Cabecea” durante el día cuando realiza sus actividades diarias?
3.- ¿Ha tenido accidentes automovilísticos o en el trabajo?
4.- ¿Siente que no descansa cuando duerme?
5.- ¿Le han dicho que está somnoliento durante el día?
6.- ¿Presenta falta de motivación o se encuentra “distraído” durante el día?
7.- ¿Permanece despierto en la cama sin poder dormirse?
8.- ¿Le han dicho que ronca o que duerme “inquieto”?

Si usted responde en forma afirmativa algunas de estas preguntas, sería aconsejable que realice una consulta con su médico, a fin de realizar una evaluación diagnóstica y tratamiento acorde, para así recuperar el sueño normal.

 

Dra. Bárbara Hofmann

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